Unidas y unidos para servir
La Habana. Cuba. 2 de junio de 2020
Acabamos de celebrar el Día de la Fiesta del Pentecostés. Pentecostés, nos muestra el camino a una nueva etapa en la vida de la iglesia y la historia humana. Es el inicio de una vida en la presencia del Espíritu, es el inicio en un nuevo mundo, un mundo lleno de verdades: la solidaridad, la paz, la equidad, la igualdad.
Pentecostés es el inicio de una nueva comunidad donde todo es de todos y para todos, donde cada quien piensa en la otra y el otro y le ama como a sí mismo. Donde las verdades insoslayables del evangelio se vivan como eje central de las relaciones humanas.
Ante la crisis multifactorial que vive hoy los Estados Unidos, donde los más vulnerables y marginados son las principales víctimas, nosotros nos unimos a nuestras Iglesias hermanas y al pueblo norteamericano, acompañándoles y estando a su lado en oración y acción.
Que cese el odio y la instigación, que desaparezca la injusticia y la desigualdad.
Que termine la falta de derechos y la violencia.
Que desaparezcan las armas y el egoísmo.
Que quede anulada la manipulación y la violación a la integridad del ser humano y la creación.
Que se detenga toda discriminación contra minorías y excluidos.
Lamentablemente desde la administración del Presidente Donal Trump son alentados todos los sentimientos contrarios a lo que predicamos, aun cuando se atreve sin temor y sin respeto alguno a sostener una Biblia.
Que el derecho a la vida, la salud, el respeto a la auténtica dignidad y la libertad humana primen por encima de los intereses de poder, avaricia y predominio.
En la paz del Resucitado.
“Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios.”
Salmo 90:1-2
Rev. Antonio Santana Hernández. Presidente
Rev. Joel Ortega Dopico. Secretario Ejecutivo
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